domingo, 28 de noviembre de 2010

Armin Meiwes, el caníbal de Rotemburgo

Armin Meiwes, actualmente preso, era, al comenzar el año 2001, un técnico informático y ex-militar alemán de currículum impecable, amable y educado, que, por las noches, fantaseaba con sus sórdidos deseos, los cuales le convirtieron en uno de los caníbales más famosos del mundo.

Meiwes soñaba con matar y comer carne humana, y el disco duro e historial de navegación de su ordenador eran testigos de ello: imágenes de sangrientos accidentes con los que se excitaba, foros en los que compartía sus anhelos con otros como él...

Fue en uno de estos foros donde anunció su propuesta: quería comerse a alguien de verdad. Muchos respondieron, pero pocos llegaron a ir a casa de Meiwes, y, de estos, casi todos cambiaron de idea una vez allí. El caníbal en ciernes dejaba marchar a aquellos que no estuvieran seguros: no quería forzarles.

El único que llevó su deseo de ser devorado hasta las últimas consecuencias fue Bernd-Juergen Brandes, un ingeniero de mediana edad, declarado bisexual, y que ansiaba desde hacía tiempo ser el plato fuerte en la comida de alguien: la pareja perfecta para Meiwes.

Tras inflarse a alcohol y pastillas para aplacar el dolor, y delante de una cámara que grabó el horror acaecido el 9 de marzo de 2001 en aquella casa, Brandes dio su permiso para que Meiwes lo matara y se lo comiera.

Acto seguido, Brandes contempló cómo su deseo más salvaje se empezaba a hacer realidad: su compañero para aquel sórdido encuentro le seccionó el pene con un cuchillo. Ambos lo intentaron morder, pero era imposible de masticar. Así pues, Armin Meiwes lo frió con sal, pimienta y ajo. A continuación se lo comieron entre los dos.

A pesar del severo desangramiento de Brandes, aún no estaba muerto cuando Meiwes lo apuñaló, acabando finalmente con su vida. A continuación, este cortó su carne y la guardó en la nevera, y procedió a alimentarse con ella durante las siguientes semanas.

En la foto, Brandes. Como mínimo, tan loco como Meiwes.

Pronto, Meiwes quiso repetir su satisfactoria experiencia asesina, y puso un nuevo anuncio, explicando en él que ya tenía experiencia con canibalismo real. A alguien no le pareció bien que aquel hombre se comiera gente y luego lo anunciara por internet, así que avisó a la policía.

Los agentes que inspeccionaron la casa de Meiwes encontraron la cinta en la que se hallaba registrado el extraño suceso.

Armin Meiwes fue condenado, inicialmente, a ocho años de prisión, pero una revisión posterior del juicio lo condenó a cadena perpetua, basándose en que la víctima no estaba en condiciones mentales legalmente aceptables al permitir su propio homicidio.


Pizza Armin Meiwes

Untamos la base de la pizza con salsa de tomate (sorpresa), y, a continuación, ponemos una salchicha (o más de una, según el tamaño) cortada en rodajas sobre el tomate. ¿Tengo que explicar por qué?

Luego añadimos champiñones, cuya forma nos puede recordar, echándole imaginación, a un amputado y encogido pene. Vale, ahora lo he explicado... Todo esto suena asqueroso, pero os aseguro que está muy rico: pruebo todas las pizzas antes de ponerlas.

A continuación echamos ajo en polvo, un ingrediente que también utilizó Meiwes en su día, y que así en polvo le va muy bien a la pizza.

Y, finalmente, la mozzarella.

Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Salchicha
-Champiñón
-Ajo rallado
-Mozzarella rallada

¡Buen provecho!

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