domingo, 26 de diciembre de 2010

Cerrado por vacaciones


Ahora dadle a los polvorones y a los langostinos, que pronto habrá nuevas pizzas. ¡Felices Fiestas!

jueves, 16 de diciembre de 2010

Madame de Brinvilliers

Marie-Madeleine-Marguerite d'Aubray (22 de Julio de 1630 - 17 de Julio de 1676, Francia), era la marquesa de Brinvillier-La-Motte y también una concienzuda envenedadora. Sus venenos eran distribuídos por doquier para proporcionarle ganancias económicas, satisfacciones personales, y libertad a la hora de relacionarse con sus muchos amantes.

Aun cuando estaba casada ya con el marqués de Brinvilliers, tanto su marido como ella tenían sus propias relaciones con otras personas, sabiendo cada uno de las del otro. Sin embargo, el padre de la joven, Antoine Dreux d’Aubray, que sostenía un sin fin de títulos nobles y políticos, se escandalizó terriblemente al descubrir al amante de su hija, un hombre llamado Godin de Sainte Croix, y lo envió a prisión. Fue allí donde este aprendió sobre venenos, para instruír luego a su esposa: Sainte Croix sería cómplice de toda su carrera criminal.

Cuando su amante fue liberado, la marquesa ya estaba decidida a asesinar a su padre, lo que le proporcionaría grandes ventajas: obtendría una cuantiosa herencia, se vengaría por el encarcelamiento de Sainte Croix, y, además, se podría olvidar de disimulos a la hora de acostarse con tantos hombres como quisiera.

Sin embargo, aun siendo una mujer terriblemente decidida, Marie quiso hacer pruebas antes de cometer el crimen. Empezó a visitar a pacientes de los hospitales, a los que obsequiaba con viandas y dulces, mediante los cuales probaba los venenos que fabricaba. Así, muchos de estos enfermos fallecían como conejillos de indias de la envenedadora, que terminó descubriendo cómo envenenar sin dejar rastros que los médicos pudieran detectar.

Finalmente asesinó a su padre, administrándole de 28 a 30 dosis de veneno en distintas comidas. Entre terribles sufrimientos que se achacaban a una enfermedad, Antoine Dreux d’Aubray murió, se creyó que por causas naturales.

Sin embargo, la herencia recayó en su mayor parte en los hermanos de Marie: imparable, se puso en marcha para asesinarlos también. Tras varios intentos logró matarlos, con ayuda de un criado de confianza llamado La Chaussée.

También intentó matar, sin conseguirlo o echada atrás tras las primeras dosis de veneno, a su marido, su hija, y su amante Briancourt.

Godin de Sainte Croix, el principal cómplice de la envenedadora, poseía un baúl repleto de cartas de la marquesa de Brinvilliers, que la implicaban en todos sus crímenes. Al morir este en un accidente en su laboratorio de alquimia, la asesina fue descubierta y apresada gracias al descubrimiento de dichas cartas.

Mostrándose dura al principio, al final confesó tras ser ablandada por un piadoso abad. Sin embargo, la tortura que había de sufrir era obligatoria. Se le aplicó la tortura del agua, que consistía en hacer ingerir al torturado enormes cantidades de líquido, hinchando su vientre monstruosamente y provocando así fuertes dolores.

Tras la tortura, Madame de Brinvilliers fue decapitada, y su cuerpo fue quemado.


Pizza Madame de Brinvilliers

La pizza de hoy es de sabor fuerte y salado, con su toque picante, pero tened cuidado, tampoco os paséis bebiendo agua porque os puede doler la barriga.

La base de la pizza la untamos con una fina capa de mostaza "a la antigua", de esta que es en granos, no salsa. No le ponemos tomate. Luego echamos trozos gordos de queso fresco de untar (Philadelphia o similar) que haría las delicias de los paladares franceses de la época de Brinvilliers.

Como véis, esta se trata de una pizza bastante experimental: del mismo modo que la marquesa experimentaba con sus venenos, nosotros lo hacemos con nuestras pizzas en la cocina. Pero la prueba ya está hecha y el resultado es satisfactorio.

Seguro que alguno de los enfermos que recibían las atenciones de Marie de Brinvilliers notó un sabor extraño y fuerte en sus alimentos. Pero, ¿por qué iba a hacerle un feo a aquella amable mujer? Nosotros también vamos a darle un toque fuerte, además del de la mostaza, a nuestra pizza, añadiéndole guindilla.

Finalmente, lo cubrimos todo con mozzarella, muy útil si pretendemos disimular cualquier veneno que hayamos echado.

En la foto, la pizza antes de echarle la mozzarella y meterla al horno.

Ingredientes:
-Mostaza "a la antigua"
-Queso fresco de untar
-Guindilla
-Mozzarella

¡Buen provecho!

lunes, 13 de diciembre de 2010

Richard Ramírez

Ricardo "Richard" Leyva Ramírez (29 de febrero de 1960, El Paso, Texas) es un violador en serie y uno de los asesinos más salvajes y crueles del siglo XX. Mantuvo sumida en el terror a la población de la ciudad de Los Angeles durante 1985. Auto declarado adorador de Satán ante sus víctimas y las cámaras (tras su arresto), los asesinatos de Ramírez adquirieron el tinte mediático de satánicos, en una época en la que los supuestos crimenes de esta índole sembraban pánico en los medios estadounidenses.

Nacido el menor de cinco hermanos, de padres inmigrantes, sobre la infancia de Ramírez cabe destacar su relación con su adorado primo mayor, Mike, un veterano de Vietnam que le enseñaba fotos de los horrores de la guerra, tomadas por él mismo, mientras presumía de haber torturado y matado a las mujeres mostradas. Delante de un Richard Ramírez de trece años de edad, Mike disparó en la cabeza a su esposa, llegando incluso a salpicar de sangre al muchacho.

Richard Ramírez, desde su juventud, fue un asiduo consumidor de marihuana, heavy metal y azúcar. Tal era su pasión por el dulce, y, probablemente en mayor medida, su escasa higiene bucal, que sus dientes se pudrieron pronto. Su pestilente aliento era un rasgo que se señaló en varias descripciones realizadas por sus víctimas supervivientes.

Estas aficiones, aparentemente tan inocentes, no eran las únicas que tenía Ramírez, ya que también gustaba de robar coches, y posteriormente, casas.

Y fue robar casas lo que siguió haciendo hasta su arresto, pero en el proceso cometió crímenes tan brutales que difícilmente son comparables al robo. Con su cinta favorita de ACDC en el walkman, el "Night Stalker" (acechador nocturno, como lo bautizó la prensa) salía a la calle y elegía a su víctima o víctimas, y, siempre por las noches, se colaba en sus hogares para desatar sus fantasías de pesadilla.

Ramírez acababa rápidamente con los hombres adultos, disparándoles en la cabeza o apuñalándolos: eran un mero obstáculo para cebarse con las mujeres. Féminas de cualquier edad eran atadas mientras Ramírez registraba y robaba sus hogares. Luego, eran violadas vaginal, anal y oralmente, y muchas veces asesinadas, golpeadas hasta la muerte con las manos u objetos contundentes, o apuñaladas y mutiladas hasta la extenuación. Sin embargo, a algunas las dejaba vivir, normalmente después de agredirlas sexualmente. También violó al menos a un niño (después de matar a su padre y violar también a su madre) y asesinó a una niña, y mató a más de una anciana: las víctimas de Ramírez se enmarcaban entre los ocho y los más de ochenta años, absolutamente nadie estaba a salvo.

Los cadáveres eran encontrados en sus hogares con pentagramas dibujados con pintalabios, golpes, mutilaciones salvajes a cuchillo, o incluso sin ojos.

La cobertura mediática que se dio al caso del Night Stalker parecía animarle, ya que, a una de sus víctimas, una joven, le preguntó tras disparar a su marido "¿Sabes quién soy?". Luego le confesó ser el asesino del que hablaba la televisión, y le obligó a declarar su amor a Satán repetidas veces, antes de forzarla a realizarle una felación. En este caso la dejó vivir, riéndose y huyendo del lugar del crimen.

Richard Ramírez fue capturado por civiles, tras intentar robar un coche en un barrio hispano. El dueño del vehículo lo descubrió in fraganti, y le atacó, haciendo caso omiso de sus amenazas. Al intentar Ramírez robar un segundo coche para huir, agrediendo y amenazando a la mujer propietaria, el marido de esta apareció y empezó también a perseguirle. En el revuelo resultante, un joven reconoció al Night Stalker de los retratos robot de televisión, y más personas se unieron a la persecución. Finalmente, el grupo formado lo redujo.

Ante el juez, Richard Ramírez mostró una estrella de cinco puntas invertida dibujada sobre la palma de su mano, mientras decía "Hail Satan!": una muestra del comportamiento del que haría gala durante todo su juicio.

Acusado de cuarenta y cinco cargos, trece de asesinato, Richard Ramírez fue condenado a diecinueve penas de muerte. Actualmente sigue en el corredor de la muerte, recibiendo cartas de sus muchas fans. Una de ellas, la editora Doreen Lioy, se casó con él en 1996.


Pizza Richard Ramírez

Para esta pizza no vamos a reparar en ingredientes fuertes y olorosos, que nos dejen un aliento bien apestoso, aunque seguro que no tanto como el del asesino de hoy, que llegaba incluso a producir arcadas a los que lo olían. Pero al comer esta pizza nadie tendrá arcadas, ni mucho menos, porque está muy rica.

Untamos la base con salsa de tomate, y luego echamos muchos trozos de queso azul. Los pedazos de queso, aterrados y pálidos, esperan por toda la pizza a ser atacados por nuestros dientes, igual que tantos ciudadanos a lo largo de la ciudad de Los Angeles perdían el sueño, con razón, por culpa del Night Stalker.

También añadimos cebolla, que va a contribuír a nuestro mal aliento y también a la deliciosidad de esta infernal pizza.

Y digo infernal porque va a picar mucho, ya que, después de cubrirlo todo con mozzarella, espolvoreamos pimentón picante de forma que dibujemos un pentáculo rojo sobre la pizza, como los que Richard Ramírez pintaba sobre los cadáveres de sus víctimas o en su propia mano.

En la foto podéis ver el bonito resultado. Si os queda bien, podéis hacer una foto también y enseñársela a vuestro primo pequeño, o a quien queráis. Incluso podríais mandársela a Richard Ramírez a prisión. En el corredor de la muerte no debe haber mucho que hacer, y creo que tiene fama de responder bastantes cartas.

Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Queso azul
-Cebolla
-Pimentón picante
-Mozzarella rallada

¡Buen provecho!

martes, 7 de diciembre de 2010

John George Haigh

John George Haigh (24 de Julio de 1909 - 10 de Agosto de 1949, Inglaterra), "el asesino del baño de ácido", fue un asesino en serie que Holmes y DeBurger clasificarían como "orientado hacia la comodidad", ya que no solo mataba por placer, sino que también extraía importantes ganancias materiales de ello.

Y es que Haigh no tenía ningún pudor a la hora de engañar, estafar y hacer lo necesario para obtener beneficios, como demostró ya en su primera condena por fraude. En prisión tuvo tiempo para planear lo que consideraba el asesinato perfecto, consistente en disolver el cadáver en ácido.

Y así lo hizo con todas sus víctimas: engañando a familiares, falsificando cartas... hacía creer a los demás que las personas a las que Haigh golpeaba o disparaba, antes de rajarlas, beber su sangre e introducir sus retorcidos cadáveres en un cubo de ácido sulfúrico, se hallaban vivas en alguna parte. Y mientras, su asesino daba buena cuenta de su dinero.

Fue el descubrimiento de sus estafas y robos el que llevó a la policía a atrapar a Haigh. Se le conocen seis víctimas demostradas: un amigo al que robó la casa y el dinero, los dos padres de este amigo, una pareja que conoció a través de un anuncio para vender una casa, y una anciana viuda a la que también gustó de saquear.

Haigh confesó haber matado a tres personas más (un total de nueve), aunque estas no se pudieron comprobar.

También contó que, en realidad, había asesinado para beber la sangre de sus víctimas, y así lo explicó detalladamente en su confesión, describiendo también un sueño recurrente suyo en el que se veía obligado a beber sangre de unos crucifijos, que se transformaban en árboles agonizantes y sangrantes. Sin embargo, teniendo en cuenta los beneficios que obtuvo de sus crimenes, varios doctores consideraron que no se trataba de un loco, como intentó hacer ver su abogado. Fue ahorcado en 1949.


Pizza John George Haigh

Ácido. Como hicimos en la pizza de H. H. Holmes, para representar este elemento vamos a usar ese típico ingrediente de la pizza parte dulce, parte ácido que es la piña, no antes de poner salsa de tomate sobre la base.

Además, los cadáveres pasados por ácido sulfúrico se convertían en una sustancia pastosa que, por su textura, quizá podría pasar por queso de cabra fresco, otro ingrediente muy bueno y que con la piña combina muy bien.

Por encima echamos pimentón dulce, que parece la sangre que John George Haigh consumía ávidamente.

Y, por encima de todo, echamos una cantidad pequeña de queso rallado para pasta (hoy pasamos de la mozzarella), sin pasarnos, que ya tenemos queso de cabra. Este queso rallado queda crujiente al hornearlo, y, al morderlo, sonará como los huesos que se rompen cuando se aplasta y dobla un cadáver para introducirlo por completo en un barril de ácido.


Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Piña
-Queso de cabra fresco
-Pimentón dulce
-Queso rallado

¡Buen provecho!

sábado, 4 de diciembre de 2010

François l'Olonnais

Jean David Nau (¿1635? - 1668), más conocido como François l'Olonnais (o "El Olonés" entre los españoles), fue un capitán pirata francés, cuya especial brutalidad y sadismo le dio fama entre sus enemigos y entre sus propios hombres.

Habiendo llegado al Caribe como sirviente, al ser liberado de sus deberes descubrió que se encontraba a gusto entre piratas y aventureros. Un día que auguraba sangrientos presagios, el gobernador francés de Tortuga le proporcionó al Olonés el mando una nave con la que echarse a la mar a hacer fortuna.

Los pueblos españoles de Centroamérica, y los barcos de la misma nacionalidad que viajaban por los mares de sus costas, eran, en aquella época, el objetivo de todo pirata que se preciara, y no lo fueron menos para el Olonés, que pronto se ganó la reputación de cruel e inmisericorde. Los enemigos de tan temible pirata bien podían preferir morir antes que caer vivos en sus manos, ya que Jean David Nau gustaba de torturar a sus prisioneros cortándoles rodajas de carne, quemándolos o sacándoles los ojos.

François l'Olonnais demostró también sus cualidades de superviviente cuando, tras sufrir un naufragio en la costa de Yucatán, su tripulación fue aniquilada casi por completo por unos españoles, que no tardarían en celebrar la falsa muerte del capitán. Camuflado primero entre los cadáveres, y luego como un español más, el Olonés logró huir y rehacer su flota, que creció hasta componerse de ocho naves.

François l'Olonnais y sus violentos mercenarios continuaron arrasando con las colonias y naves españolas, matando, saqueando y violando por doquier. Se dice que obtuvieron grandes riquezas, que los piratas dilapidaban con premura en tabernas y prostíbulos.

Cerca ya de su muerte, el Olonés protagonizó una grotesca escena cuyo recuerdo nos ha llegado hasta hoy, perfecto símbolo de la extrema violencia de la que hacía gala. Interrogando a dos españoles capturados, tras sufrir una emboscada, parcialmente fallida, por parte de estos, rajó el pecho de uno de los prisioneros con su cuchillo, le extrajo el corazón con la mano y se lo comió frente al otro.

Los españoles de la época nunca pudieron dar caza al pirata que a tantos de los suyos había masacrado y torturado. Y, sin embargo, murió violentamente, pero no por su mano.

Poco después del incidente del corazón, François l'Olonnais fue capturado por la tribu indígena panameña Kuna, que practicaba el canibalismo. Gracias a uno de sus hombres, que salió con vida de aquella situación, sabemos que los indígenas despedazaron, cocinaron y se comieron al Olonés.


Pizza François l'Olonnais o Pizza Olonesa

¿Qué tal os han sentado estos últimos párrafos? Os han abierto el apetito, ¿verdad? Ya sé yo que sí, pillines. Pero ya sabéis que en Asesinos y Pizzas no se aprueba, en principio, el consumo de carne humana. Así que, para compatibilizar nuestra pizza de hoy con la historia de tan infame pirata, la vamos a hacer marinera. No podía ser de otra forma.

Una vez untada con salsa de tomate, cubrimos la base de la pizza con bonito. Mirad bien cómo queda. Será como observar la versión inocente y culinaria de los cadáveres descuartizados de cientos de españoles del siglo XVII, yaciendo sobre un charco de su propia sangre.

Abrimos también una lata de mejillones, y sacamos unos cuantos para poner en la pizza. Recordad mientras lo hacéis el pecho abierto de aquel pobre español, y a nuestro asesino de hoy sacando su corazón para comérselo.

Y ahora añadimos un clásico de las pizzas, que aún no había hecho acto de presencia en este blog: anchoas. Tan saladas como el agua de mar, y de un sabor tan fuerte como las vaginas de las prostitutas que esperaban en la costa a los piratas del Caribe, ¡arrr! Estos no son como Johnny Depp, ¿eh?

¡Ah! Y claro, al final, como casi siempre, añadimos una buena cantidad de rica mozzarella.

Ingredientes
-Salsa de tomate
-Bonito
-Mejillones
-Anchoas
-Mozzarella rallada

¡Buen provecho!

domingo, 28 de noviembre de 2010

Armin Meiwes, el caníbal de Rotemburgo

Armin Meiwes, actualmente preso, era, al comenzar el año 2001, un técnico informático y ex-militar alemán de currículum impecable, amable y educado, que, por las noches, fantaseaba con sus sórdidos deseos, los cuales le convirtieron en uno de los caníbales más famosos del mundo.

Meiwes soñaba con matar y comer carne humana, y el disco duro e historial de navegación de su ordenador eran testigos de ello: imágenes de sangrientos accidentes con los que se excitaba, foros en los que compartía sus anhelos con otros como él...

Fue en uno de estos foros donde anunció su propuesta: quería comerse a alguien de verdad. Muchos respondieron, pero pocos llegaron a ir a casa de Meiwes, y, de estos, casi todos cambiaron de idea una vez allí. El caníbal en ciernes dejaba marchar a aquellos que no estuvieran seguros: no quería forzarles.

El único que llevó su deseo de ser devorado hasta las últimas consecuencias fue Bernd-Juergen Brandes, un ingeniero de mediana edad, declarado bisexual, y que ansiaba desde hacía tiempo ser el plato fuerte en la comida de alguien: la pareja perfecta para Meiwes.

Tras inflarse a alcohol y pastillas para aplacar el dolor, y delante de una cámara que grabó el horror acaecido el 9 de marzo de 2001 en aquella casa, Brandes dio su permiso para que Meiwes lo matara y se lo comiera.

Acto seguido, Brandes contempló cómo su deseo más salvaje se empezaba a hacer realidad: su compañero para aquel sórdido encuentro le seccionó el pene con un cuchillo. Ambos lo intentaron morder, pero era imposible de masticar. Así pues, Armin Meiwes lo frió con sal, pimienta y ajo. A continuación se lo comieron entre los dos.

A pesar del severo desangramiento de Brandes, aún no estaba muerto cuando Meiwes lo apuñaló, acabando finalmente con su vida. A continuación, este cortó su carne y la guardó en la nevera, y procedió a alimentarse con ella durante las siguientes semanas.

En la foto, Brandes. Como mínimo, tan loco como Meiwes.

Pronto, Meiwes quiso repetir su satisfactoria experiencia asesina, y puso un nuevo anuncio, explicando en él que ya tenía experiencia con canibalismo real. A alguien no le pareció bien que aquel hombre se comiera gente y luego lo anunciara por internet, así que avisó a la policía.

Los agentes que inspeccionaron la casa de Meiwes encontraron la cinta en la que se hallaba registrado el extraño suceso.

Armin Meiwes fue condenado, inicialmente, a ocho años de prisión, pero una revisión posterior del juicio lo condenó a cadena perpetua, basándose en que la víctima no estaba en condiciones mentales legalmente aceptables al permitir su propio homicidio.


Pizza Armin Meiwes

Untamos la base de la pizza con salsa de tomate (sorpresa), y, a continuación, ponemos una salchicha (o más de una, según el tamaño) cortada en rodajas sobre el tomate. ¿Tengo que explicar por qué?

Luego añadimos champiñones, cuya forma nos puede recordar, echándole imaginación, a un amputado y encogido pene. Vale, ahora lo he explicado... Todo esto suena asqueroso, pero os aseguro que está muy rico: pruebo todas las pizzas antes de ponerlas.

A continuación echamos ajo en polvo, un ingrediente que también utilizó Meiwes en su día, y que así en polvo le va muy bien a la pizza.

Y, finalmente, la mozzarella.

Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Salchicha
-Champiñón
-Ajo rallado
-Mozzarella rallada

¡Buen provecho!

jueves, 25 de noviembre de 2010

Mary Bell

Mary Flora Bell (26 de mayo de 1957) fue en su momento una muy prematura asesina en serie, que, con tan solo diez y once años de edad, acabó con la vida de dos niños en Scotswood, Inglaterra.

Parece ser que la madre de Mary Bell, prostituta especialista en sadomasoquismo, abusaba sexualmente de su hija durante los encuentros con sus clientes. Quizá de ahí provenía el malsano odio que convirtió a Mary en una pequeña psycho-killer.

La primera víctima de Mary (Martin Brown, de cuatro años) fue estrangulada en una casa abandonada el 25 de mayo de 1968. Cuando el cadáver de Martin fue descubierto, la policía lo creyó fruto de un accidente, más aún teniendo en cuenta el bote de aspirinas encontrado junto al chico.

Y fue así a pesar del comportamiento posterior de Mary Bell y de su cómplice, Norma Bell (sin relación familiar), a la que Mary quiso enseñar el cadáver (sin éxito) una vez cometido el acto. Mary y Norma llamaban regularmente a la puerta de la tía de Martin Brown, y, con una sonrisa en la boca, la avasallaban a preguntas como "¿Echas de menos a Martin?" y "¿Has llorado?".

En una ocasión, Bell fue a ver a la madre de Martin Brown, y le preguntó si podía ver al chico. "No, cielo, Martin está muerto". "Ya sé que está muerto", contestó Mary Bell. "Quería verlo dentro de su ataúd".

El 31 de julio de 1968, Mary Bell llevó a Brian Howe, de tres años, a un descampado en el que los niños jugaban a veces. Allí, lo estranguló hasta matarlo. Luego, con unas tijeras, lo apuñaló, mutiló sus genitales, y firmó en su pecho con una N que luego convirtió en M.

Posteriormente, Mary mostró a Norma su obra, y también acompañó a la hermana mayor de Brian a buscar al niño, guiándola y pretendiendo que lo encontrara muerto. Sin embargo, ella no se acercó a donde Mary le señalaba, porque opinaba que Brian nunca jugaría en un lugar tan peligroso. El cadáver fue hallado más tarde por la policía.

El detective Dobson, encargado del caso, declaró que, el día del entierro de Brian Howe, Mary Bell reía y se frotaba las manos mientras miraba el ataúd del muchacho.

Mary Bell fue arrestada tras ser delatada por su compinche Norma, y, a pesar del intento de Mary de acusar a su amiga (una de las muchas y contínuas mentiras de las que hizo gala), Dobson y los suyos descubrieron fácilmente la terrible verdad, oculta tras la sonrisa de aquella niña de once años.

Mary Bell con 16 años.

Mary Bell fue declarada culpable e internada en un centro de menores. Permaneció presa hasta 1980, cuando fue liberada con veintitres años de edad. En 1984, dio a luz a su hija. Aparentemente, Bell está reformada desde su encarcelamiento. A día de hoy, su caso sigue dando que hablar.


Pizza Mary Bell

Pocos niños hay a los que no les guste la pizza. Pero vamos a rizar el rizo, y a hacerla con ingredientes del gusto de la mayoría de infantes. Nada de verduras: vamos a cocinar una pizza de nuggets de pollo, que compraremos en la sección de congelados del supermercado. Un producto que podríamos encontrar en muchos menús infantiles de comida rápida.

Primero, untamos la base de la pizza con salsa barbacoa, nos olvidamos del tomate esta vez. Luego, ponemos los nuggets sobre ella. Fijaos en que los nuggets que hayáis comprado se puedan hacer al horno, y no solo en la freidora, antes de ponerlos en vuestra pizza. Siempre viene indicado en la caja.

Los nuggets congelados sobre el charco de salsa barbacoa pueden asemejarse, en vuestra imaginación, a los cadáveres de niños pequeños, quizá en posición fetal: para alejar este pensamiento de vuestra mente, tapadlo todo con mozzarella rallada. Y, encima de todo, espolvoreamos un poco de orégano. El resultado: una pizza tan dulce y tierna como la sonrisa de una niña asesina.

Ingredientes:
-Salsa barbacoa
-Nuggets de pollo congelados
-Mozzarella rallada
-Orégano

¡Buen provecho!

viernes, 19 de noviembre de 2010

Adolfo de Jesús Constanzo, el Narcosatánico de Matamoros

Adolfo de Jesús Constanzo (1 de Noviembre de 1962, USA - 6 de Mayo de 1989, México) fue el carismático dirigente de un grupo criminal, que mezclaba el narcotráfico con la magia negra y los sacrificios humanos.

Constanzo fue bautizado por un brujo de la religión santera Palo Mayombé, el cual profetizó que el chico tendría grandes poderes místicos. Su madre tomó la palabra del brujo como cierta, y así se la inculcó al pequeño Adolfo.

Ya crecido, empezó ofreciendo sus servicios como hechicero, y terminó formando una verdadera secta diabólica y red de narcotráfico establecida en Matamoros (México), a la que se unían desde personas de a pie hasta grandes personalidades, e incluso policías de la zona.

Los salvajes sacrificios humanos que realizaban Constanzo y sus ayudantes más cercanos infundían temor y causaban fascinación entre sus seguidores. Con la tortura y la muerte de sus víctimas como eje, celebraba brujerías para que los cargamentos de droga llegaran a salvo, o para hacer que sus traficantes ganaran más dinero o fueran inmunes a las balas.

Entre los sacrificados se encontraban desde estudiantes de Texas que iban a México en busca de una aventura, hasta narcotraficantes rivales y otras personas problemáticas para Constanzo. Se les torturaba, mutilaba, y se practicaba canibalismo con sus órganos internos, se cree que a veces mientras aún vivían para verlo.

En la foto, Constanzo y una de sus principal cómplices, la entonces joven Sara María Aldrete.

A pesar de las 60 desapariciones de personas en Matamoros en 1989 (el segundo de los dos años de mayor actividad de la secta), fue la del joven estadounidense Mark J. Kilroy la que, al ser investigada, destapó los crimenes del narco satánico.

Los policías encargados fueron absorbidos por una espiral de locura al ir destapando las monstruosidades cometidas por tan influyente grupo. Se encontró finalmente a David Kilroy, o lo que quedaba de él: su cerebro, extraído de su cuerpo mutilado, fue hallado en un cuenco ritual, y parte de su columna vertebral hacía de alfiler en la corbata de Constanzo.

Constanzo murió acorralado en un tiroteo contra la policía. Decidido a no ir a prisión, ordenó a uno de sus seguidores que le disparara, cosa que este hizo.


Pizza Narcosatánica

El Diablo está en el tabasco... Bueno, no es así, pero si está en un condimento, seguro que es en este: rojo y ardiente como el Infierno. Regaremos generosamente nuestra pizza de hoy con este líquido diabólico, que además es típico de México.

Sobre el charco de sangriento tomate situaremos también un buen número de alcaparras, repartidas por la base de la pizza como los seguidores de Constanzo lo estaban por Matamoros.

Y al igual que sus contactos cubrieron sus crímenes, nosotros cubriremos todo esto con una buena cantidad de queso. No viene mal mezclar dos: mozzarella y queso rallado del que han vendido siempre para la pasta.

Tras echar el queso y el tabasco, cubrimos toda la pizza con tiras de bacon, como si fueran víctimas sacrificadas y abandonadas en el suelo. Al colocarlas sobre el queso, y no debajo, conseguimos que se tuesten en el horno y queden crujientes como una columna vertebral. No os preocupéis por que sobresalgan: al cocinarse se encogen bastante.

Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Alcaparras
-Mozzarella rallada
-Queso rallado para pasta
-Tabasco rojo
-Bacon

¡Buen provecho!

martes, 16 de noviembre de 2010

Richard Chase, el Vampiro de Sacramento

Richard Trenton Chase (23 de Mayo de 1950 - 26 de Diciembre de 1980, Estados Unidos) fue un asesino, necrófilo, caníbal y demente, cuyos grotescos crimenes fueron capaces de amilanar incluso a sus compañeros de prisión.

Todos nos preocupamos de vez en cuando por nuestra salud, y somos un poco hipocondríacos. Sin embargo, no nos creemos que alguien nos va a robar las arterias pulmonares, ni nos ponemos naranjas en la cabeza para que se filtren las vitaminas al cerebro. Richard sí lo hacía. Además de esta severa hipocondria, Chase parecía sufrir de esquizofrenia paranoide: siempre creía que lo intentaban envenenar, por no hablar de sus delirantes declaraciones sobre ovnis nazis.

Los extraños remedios caseros de Chase, que también incluían el consumo abusivo de varias drogas, pronto se le quedaron cortos, y empezó a matar animales para beber su sangre y devorar sus entrañas crudas. Según él, así evitaba que su corazón se encogiera. A veces, mezclaba estas entrañas con Coca Cola en una batidora, y se bebía la mezcla.

En el psiquiátrico en el que fue ingresado, tras sufrir de envenenamiento por inyectarse sangre de conejo, también demostró una gran afición a defecar por todas partes y dibujar con sus heces, un pasatiempo que continuó ya fuera del centro, cuando empezó a allanar casas para dejar sus regalos corporales.

Cometió su primer asesinato disparando desde un coche a un pobre hombre, probablemente una prueba para lo que habría de llegar, ya que sus impulsos necrófilos y caníbales no fueron liberados en aquella ocasión.

El 21 de enero de 1978, Chase se coló en el domicilio de Teresa Wallin, una joven embarazada de tres meses. La ejecutó con varios disparos y la llevó al dormitorio, donde dio rienda suelta a sus fantasías oscuras. Bebió su sangre, fornicó con su cuerpo, y recogió más sangre en un cubo, para llenar la bañera de la casa y meterse un rato. Antes de volver a su piso, cogió heces de perro del exterior y las introdujo en la boca de Wallin.

Tan solo seis días después, allanó un nuevo hogar, en el que, esta vez, había cuatro personas: Evelyn Miroth, de 38 años; su hijo de 6, Jason; su sobrino de 22 meses, David; y su amigo Danny Meredith.

Todos murieron rápido debido a los disparos. Chase violó analmente el cadáver de Miroth con un cuchillo, eyaculó varias veces y se bebió un cubo entero de su sangre.

A continuación, llevó al bebé muerto al baño con intención de ingerir sus órganos, pero una llamada al timbre de la puerta principal le hizo huir, llevándose el pequeño cuerpo de David. En su apartamento, devoró las entrañas del niño, incluyendo el cerebro.

Las ensangrentadas huellas que se hallaron sobre el cuerpo de Evelyn Miroth llevaron a la policía al apartamento de Chase, donde se encontraron pruebas de sus costumbres vampíricas. A pesar del argumento de incapacidad mental de su defensa, fue condenado por seis asesinatos en primer grado.

Richard Chase se suicidó en prisión con una sobredosis de los antidepresivos que le administraban, y que había estado guardando para tal fin.


Pizza Richard Chase

¿Alguien tiene hambre después de leer esto? Por si es el caso, aquí va una receta.

Si queremos rememorar las "proezas" del Sr. Chase, lo más adecuado es que nuestro ingrediente principal sea de eso que los americanos llaman "mistery meat". Sabemos que es carne, pero no sabemos exactamente de dónde viene: seguramente tiene un poco de todo lo que le gustaba comer a Chase. Yo he escogido chopped, que no tengo ni idea de qué es en realidad, pero vale cualquier otra cosa (picadillo, salchichas de carnicería...), o varias de ellas.

La sangre estará representada una vez más por la eterna salsa de tomate, y, además de la carne, no nos vendrá mal algo de queso de cabra, simplemente porque sabe muy bien. Podría relacionarlo con algo de Chase, pero creo que realmente os quitaría el apetito.

Finalmente, todo esto es tan violento que os merecéis un pequeño castigo por comeros una pizza en honor de este hombre: echadle unos jalapeños de los más picantes.

¡Ah! Y para acompañar la pizza, nada mejor que una Coca Cola, sola o con algo más.

Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Chopped o carne indeterminada
-Queso de cabra
-Jalapeños
-Mozzarella rallada

¡Buen provecho!

sábado, 13 de noviembre de 2010

Fritz Haarmann, El Carnicero de Hanover

Friedrich Heinrich Karl "Fritz" Haarmann (25 de Octubre de 1879 - 15 de Abril de 1925), conocido como El Carnicero de Hanover o El Vampiro de Hanover, pasó de ser un delincuente común (robos, estafas) a ser el asesino de al menos veinticuatro personas, probablemente muchas más (entre cincuenta y setenta si creemos su propia estimación). Todo ello mientras servía como un útil informante para la policía, a la par que ganaba dinero vendiendo carne en el mercado negro de la paupérrima Alemania posterior a la I Guerra Mundial. Según él, la carne era de cerdo... ¿Adivináis de qué era realmente?

Haarmann era homosexual, y le gustaban mucho los chicos jóvenes, niños y adolescentes. Pero no se conformaba con el sexo sin más: su violenta y salvaje perversión acababa de forma aterradora con las vidas de los muchachos que escogía.

Los encontraba entre los estratos más pobres y desdichados de la sociedad: vagabundos, prostitutos... Les engañaba para ir a su piso, a veces haciéndose pasar por policía, gracias a la identificación de informante que poseía. Una vez allí, ante la presencia del novio de Haarmann, un hombre llamado Hans Grans, el Vampiro de Hanover violaba a su víctima y arrancaba la carne de su cuello con un potente mordisco, a veces mientras aún la estaba sodomizando.

Las pertenencias de los chicos eran vendidas en el mercado negro, y los huesos casi siempre acababan siendo arrojados a un río cercano al hogar de Haarmann y Grans. La carne... En el mercado negro, las salchichas de "cerdo" de Fritz Haarmann eran muy apreciadas, entre otros productos cárnicos del mismo origen.

Cuando los huesos de al menos veintidos jóvenes fueron hallados en el río, Haarmann fue investigado, ya que su pasión por los menores de edad no siempre había pasado inadvertida para las autoridades. Poco quedó que demostrar cuando se encontraron, en su apartamento de paredes cubiertas de sangre seca, las posesiones de varias víctimas conocidas.

Fritz Haarmann fue decapitado el 15 de Abril de 1925. Sus últimas palabras fueron "Me arrepiento, pero no temo a la muerte".

Su cabeza fue conservada para su estudio, y actualmente aún se guarda en la escuela médica de Göttingen.


Pizza Fritz Haarmann

¡Atención! Asesinos y Pizzas desaconseja la fabricación o utilización de salchichas de carne humana. Cualquiera que haga caso omiso de este consejo, lo hará bajo su propia responsabilidad legal, penal, y, si es aplicable, moral.

Las salchichas, ese alimento tan alemán y cuyo origen nunca podremos determinar del todo. En la pizza de hoy, serán nuestro ingrediente principal. Vale cualquier salchicha, la que más os guste, pero mejor que no sea humana... Claro que, según cuánto tabasco echéis, la diferencia pasará a notarse cada vez menos. Yo recomiendo echar bastante, de todas formas.

Como, afortunadamente, no nos encontramos en la Alemania de la posguerra, podemos completar la pizza con otros ingredientes, como son pimiento verde y, por supuesto, tomate y mozzarella.

En realidad esta mezcla no se me ocurrió a mí, sino que me la recomendaron. Pero, como todas las pizzas que publico, ya ha sido horneada y probada por mí, pasando el estricto control de calidad de "Asesinos y Pizzas".

Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Salchichas
-Tabasco
-Pimiento verde
-Mozzarella rallada

¡Buen provecho!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Walter Jackson Freeman II

Walter Jackson Freeman II (14 de Noviembre de 1895 - 31 de Mayo de 1972) fue un médico estadounidense especializado en lobotomías.

No cometió crímenes según las leyes de su momento, pero sin duda pronto descubriréis a qué debe el dudoso honor de merecer una entrada propia en "Asesinos y Pizzas".

Freeman, aparentemente un fanático de las lobotomías frontales, desarrolló incluso sus propias herramientas para practicarlas, con las que se convirtió en un experto y que fueron bautizadas por él mismo como "orbitoclasts".

Los orbitoclasts, inventados después de que el anterior instrumento de Freeman se partiera en el interior del cráneo de un paciente, eran, básicamente, dos picadores de hielo especialmente largos y con marcas de medición. De hecho, en sus primeras lobotomías, Freeman usó un picador de hielo real, tomado de la cocina de su casa.

Freeman introducía sus orbitoclasts a través de las cuencas oculares del paciente, y, una vez atravesado el cerebro con los instrumentos, los manejaba con la destreza que solo da la experiencia (y quizá el haber nacido para ello: estaríamos hablando de un lobotomizador nato) para arrancar los lóbulos frontales de su paciente o víctima, y curar así cualquier enfermedad mental que tuviera.

En ocasiones, incluso llegaba a introducir los dos utensilios a la vez (uno en cada cuenca), mientras presumía de su habilidad, ya que Freeman solía operar en público, supuestamente para enseñar su procedimiento a otros doctores.

Y es que Freeman no necesitaba de quirófano alguno para trabajar: viajaba a lo largo y ancho de los Estados Unidos con su vehículo, al que daba a conocer como su "lobotomóvil" (lobotomobile), y realizaba lobotomías allí donde considerara que sus servicios eran requeridos.

En total, Walter Jackson Freeman II realizó unas 2.500 lobotomías.

Su reputación cayó en picado con el descubrimiento de las drogas antipsicóticas en los cincuenta, y su licencia médica le fue retirada cuando, al posar para una foto mientras lobotomizaba a un paciente, empujó más de la cuenta, por descuido, su orbitoclast, acabando con la vida del pobre desdichado. La excusa perfecta para galardonar a Freeman, aquí y hoy, con una receta de pizza en su nombre.

Aun así, nada le impidió seguir visitando a sus antiguos pacientes en su lobotomóvil, hasta que el cáncer libró al mundo de su asquerosa presencia.


Pizza Walter Jackson Freeman II o Loboto-Pizza

El huevo que depositaremos, como último ingrediente, en el centro de la pizza, será el ojo de esta, a través de cuya cuenca ocular arrancaremos el delicioso sabor de dos lóbulos frontales cortados en rodajas: uno de pimiento rojo y otro de salchichón. Todo elló bañado en sangre de tomate y en sesos de mozzarella.

Es recomendable formar un muro con el queso alrededor del huevo, para que no se desparrame.

Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Salchichón
-Pimiento rojo
-Huevo
-Mozzarella rallada

¡Buen provecho!

domingo, 7 de noviembre de 2010

Charles Manson

Charles Milles Manson (12 de noviembre de 1934) es uno de los criminales más conocidos del mundo, cuya imagen ha pasado a formar parte de la cultura popular como representante de lo macabro.

Tras una juventud plagada de delitos (robo de coches, proxenetismo de una menor, violación homosexual en un centro de menores) Manson salió de prisión en 1967, finalizando su último encarcelamiento antes de cometer los crímenes que le harían famoso a nivel mundial.

Aprovechando el movimiento hippie que causaba furor en aquel momento, Manson, con su carisma y dotes de manipulación, tardó muy poco en reunir una comunidad de jóvenes seguidores (principalmente mujeres) a los que controlaba como marionetas. Les instruía con su demencial filosofía, basada en parte en la cienciología.

Obsesionado con los Beatles, creyó que las canciones de su White Album contenían un mensaje cifrado para él y los suyos, en el que se les anunciaba el apocalipsis por venir.

Así se lo explicó a sus seguidores en el apartado rancho que ocupaban, contándoles que, pronto, los disturbios entre negros y blancos desembocarían en una guerra de razas. Todo comenzaría con escandalosos asesinatos cometidos por personas de color, y terminaría con la aniquilación de los blancos y el ascenso de los negros al poder. Los negros, incapaces de gobernar (según Manson), deberían ser entonces sustituídos por él mismo y su Familia, que hasta ese momento habrían permanecido a salvo.

Este conflicto fue bautizado como Helter Skelter, el nombre de una de las canciones de los Beatles que Manson creía proféticas.

El problema era que el Helter Skelter no se terminaba de desencadenar, por lo que la Familia decidió tomar cartas en el asunto y "enseñarles a los negros lo que tenían que hacer".

El 18 de mayo de 1969, Manson envió a algunos de sus fervientes seguidores a robar una herencia que supuestamente había recibido su conocido Gary Hinman. Hinman fue apuñalado hasta la muerte, y, con su sangre, los miembros de la Familia escribieron "Politic Pig" en la pared, junto al símbolo de los Panteras Negras.

El 8 de agosto del mismo año, la Familia Manson cometió su crímen más impactante y mediático, en la residencia de Cielo Drive del director Roman Polanski y su esposa, la actriz Sharon Tate.

Mientras Polanski se encontraba en Londres trabajando, Tate disfrutaba de una agradable velada con tres de sus amigos, a los que había invitado a su hogar. Todos los presentes esperaban, sin saberlo, una horripilante muerte.

Cuatro miembros de la Familia entraron a hurtadillas en la casa, tras haber matado de un disparo, en el jardín exterior, a un joven chófer, la primera víctima de la noche.

Una vez dentro, apuñalaron y dispararon repetidas veces y con saña, uno a uno, a los presentes. La última en morir fue la bella Sharon Tate, embarazada de ocho meses, con cuya sangre escribieron la palabra "Pigs" (cerdos) sobre la pared de la casa.

Pero aquel truculento crimen no fue suficiente para Manson, que, a la noche siguiente, acompañó a seis miembros de su familia a la residencia del matrimonio de empresarios LaBianca, los cuales fueron apuñalados hasta la extenuación por los jóvenes, siguiendo las órdenes de su líder, con una bayoneta, varios cuchillos y un tenedor.

Cuando la policía relacionó ambos crímenes, toda la Familia Manson cayó.

A día de hoy, Charles Manson continúa cumpliendo cadena perpetua en la Prisión Estatal de Corcoran. El Helter Skelter no parece haber llegado.


Helter Skelter Pizza


Esta sabrosa pizza representa el conflicto que Charles Manson profetizaba. Sobre la base de tomate que simboliza un charco de sangre, unos medallones de queso de cabra hacen el papel de personas blancas, mientras que las aceitunas negras sustituyen a los hombres y mujeres de su mismo color. El pimentón picante espolvoreado sobre todo ello hará las veces de las heridas. Para completar la pizza, le echamos una cantidad moderada de mozzarella rallada.

Si os apetece, tras sacar la pizza del horno, incluso podéis intentar escribir sobre ella la palabra "Pigs" con el pimentón, o sobre el plato, o donde os dé la gana.

Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Queso de cabra
-Aceitunas negras
-Pimentón picante
-Mozzarella rallada

¡Buen provecho!

jueves, 4 de noviembre de 2010

La Vampira de Barcelona

Enriqueta Martí Ripoll (1869 - 1912), también conocida como la Vampira de Barcelona, ejerció de prostituta, bruja, corruptora de menores y asesina.

Tras la época en la que regentó un burdel infantil, pasó a comerciar con los niños de maneras incluso más abyectas. Considerándose a sí misma una poderosa bruja (y poseía, realmente, tomos sobre brujería, algunos antiguos y de origen desconocido), utilizaba a los pequeños que secuestraba de las calles para fabricar pociones y ungüentos, mediante su sangre, huesos y órganos.

Además, era entonces creencia popular que bebiendo la sangre de un niño aún vivo, y utilizando como medicina sus grasas o mantecas (de ahí el origen de los "sacamantecas") se podía curar la temible tuberculosis, por lo que Martí tenía todo un "target", entre los ricos tísicos, para su pequeño negocio de niños asesinables. De hecho, se cree que la Vampira tenía un buen número de clientes, entre los que se encontrarían grandes personalidades de la época.

Aunque Martí, durante el día, vivía en un modesto piso y vestía como una pordiosera, por la noche se acicalaba con joyas y caros vestidos, y era recogida por carruajes que la llevaban a algún lugar desconocido. Probablemente, a celebrar monstruosas orgías de sangre.

Y es que Enriqueta no estaba metida en todo aquello solo por el dinero, ya que creía que el consumo de sangre humana le proporcionaba juventud, vigor e inusitadas energías sexuales, que aplacaba con sus muchos amantes. Probablemente, hoy en día se la podría considerar hematófila (alguien que se excita mediante la sangre).


Cuando una niña desaparecida fue descubierta, aún viva, en la vivienda principal de la bruja, sus distintas propiedades fueron registradas, y en todas ellas se hallaron restos de niños, tanto cuerpos, huesos y ropa como las pociones hechas con los cadáveres. Se cree que pudo asesinar a veinticinco o más, desde bebés hasta niños de diez años.

Aparentemente, su lista de clientes fue robada o extraviada, y Enriqueta Martí Ripoll fue linchada por sus compañeras de prisión antes de poder delatar a sus socios.


Pizza Vampira de Barcelona

Al igual que Enriqueta Martí Ripoll, que mezclaba infames pociones usando los restos de los asesinados, nosotros crearemos nuestra propia salsa, mezclando a partes iguales tomate y mostaza (preferiblemente picante).

Esta será la salsa que untaremos en la base de la pizza, para luego cubrirla con rodajas de chorizo de Pamplona: grasiento, aunque no tanto como las mantecas que la Vampira de Barcelona extraía de sus víctimas. Pero eso sí, con mucho mejor sabor.

Y, finalmente, añadimos el queso. Tan sencillo como sabroso.

Ingredientes:
-Salsa de tomate
-Mostaza picante
-Chorizo de Pamplona
-Mozzarella rallada

¡Buen provecho!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

H. H. Holmes

Herman Webster Mudgett (16 de Mayo de 1861 - 7 Mayo de 1896) fue un estafador nato y retorcido asesino, hombre sin escrúpulo alguno que acabó con la vida de al menos veintisiete personas, probablemente muchas más. En ocasiones se le menciona como el primer asesino en serie documentado de la historia de los Estados Unidos.

Su pseudónimo H. H. Holmes, por el que es conocido, fue el que utilizó en varios de sus turbios negocios. Sus estafas y engaños no tenían límite ni fin. Para lograr sus objetivos, utilizaba a las personas como le venía en gana, y también a sus cadáveres (para cobrar seguros de vida, vender órganos a la ciencia...).

La mayor parte de sus crímenes fueron cometidos en un delirante hotel de su propiedad que él mismo diseñó, y cuyos pisos superiores conformaban un confuso laberinto plagado de escaleras sin salida, puertas que solo se abrían por un lado, y rarezas similares, cuyo único objetivo, realmente, era el de ocultar los crímenes de Mudgett.

Entre los entresijos del hotel se podían encontrar cámaras de gas camufladas como dormitorios, hornos crematorios, fosos de ácido, una colección de venenos, y una caja fuerte en la que gustaba de encerrar y dejar morir asfixiadas a algunas de sus víctimas.

Su tipo predilecto eran las mujeres rubias, y las encontraba entre empleadas del hotel, clientes del mismo o sus propias amantes.

Fue atrapado tiempo después de abandonar el hotel, pero el hallazgo de sus últimas víctimas condujo a la policía a su casa de los horrores.

Fue ahorcado en 1896. Su cuello no se rompió, y estuvo colgado unos veinte minutos antes de morir.


Pizza H. H. Holmes

Como acabamos de ver, a nuestro asesino de hoy le gustaba gasear y ahogar a sus víctimas, entre otras lindezas. También era aficionado al veneno y al ácido. Por eso, la selección de ingredientes de hoy contiene un alimento que, según se dice, es capaz de asfixiar, y también un conocido ingrediente ácido.

El delicioso queso asturiano afuega'l pitu, según la leyenda popular (probablemente falsa) recibe su nombre de su capacidad de ahogar a los pollos a los que se les daba a probar: si se morían, era porque el queso ya estaba listo. Nada más apropiado para una pizza que toma el nombre de un asesino en serie.


Respecto al ingrediente ácido, muchos se lo habrán imaginado ya. Hay quien lo detesta en las pizzas, pero a mí, personalmente, me encanta.

Los ingredientes de la pizza son:

-Salsa de tomate
-Queso afuega'l pitu roxu (rojo, picante)
-Piña
-Mozzarella rallada
-Albahaca

Si no os gusta la piña, pensadlo de esta forma: tampoco les gustaba morir a las víctimas de H. H. Holmes.

¡Buen provecho!