jueves, 16 de diciembre de 2010

Madame de Brinvilliers

Marie-Madeleine-Marguerite d'Aubray (22 de Julio de 1630 - 17 de Julio de 1676, Francia), era la marquesa de Brinvillier-La-Motte y también una concienzuda envenedadora. Sus venenos eran distribuídos por doquier para proporcionarle ganancias económicas, satisfacciones personales, y libertad a la hora de relacionarse con sus muchos amantes.

Aun cuando estaba casada ya con el marqués de Brinvilliers, tanto su marido como ella tenían sus propias relaciones con otras personas, sabiendo cada uno de las del otro. Sin embargo, el padre de la joven, Antoine Dreux d’Aubray, que sostenía un sin fin de títulos nobles y políticos, se escandalizó terriblemente al descubrir al amante de su hija, un hombre llamado Godin de Sainte Croix, y lo envió a prisión. Fue allí donde este aprendió sobre venenos, para instruír luego a su esposa: Sainte Croix sería cómplice de toda su carrera criminal.

Cuando su amante fue liberado, la marquesa ya estaba decidida a asesinar a su padre, lo que le proporcionaría grandes ventajas: obtendría una cuantiosa herencia, se vengaría por el encarcelamiento de Sainte Croix, y, además, se podría olvidar de disimulos a la hora de acostarse con tantos hombres como quisiera.

Sin embargo, aun siendo una mujer terriblemente decidida, Marie quiso hacer pruebas antes de cometer el crimen. Empezó a visitar a pacientes de los hospitales, a los que obsequiaba con viandas y dulces, mediante los cuales probaba los venenos que fabricaba. Así, muchos de estos enfermos fallecían como conejillos de indias de la envenedadora, que terminó descubriendo cómo envenenar sin dejar rastros que los médicos pudieran detectar.

Finalmente asesinó a su padre, administrándole de 28 a 30 dosis de veneno en distintas comidas. Entre terribles sufrimientos que se achacaban a una enfermedad, Antoine Dreux d’Aubray murió, se creyó que por causas naturales.

Sin embargo, la herencia recayó en su mayor parte en los hermanos de Marie: imparable, se puso en marcha para asesinarlos también. Tras varios intentos logró matarlos, con ayuda de un criado de confianza llamado La Chaussée.

También intentó matar, sin conseguirlo o echada atrás tras las primeras dosis de veneno, a su marido, su hija, y su amante Briancourt.

Godin de Sainte Croix, el principal cómplice de la envenedadora, poseía un baúl repleto de cartas de la marquesa de Brinvilliers, que la implicaban en todos sus crímenes. Al morir este en un accidente en su laboratorio de alquimia, la asesina fue descubierta y apresada gracias al descubrimiento de dichas cartas.

Mostrándose dura al principio, al final confesó tras ser ablandada por un piadoso abad. Sin embargo, la tortura que había de sufrir era obligatoria. Se le aplicó la tortura del agua, que consistía en hacer ingerir al torturado enormes cantidades de líquido, hinchando su vientre monstruosamente y provocando así fuertes dolores.

Tras la tortura, Madame de Brinvilliers fue decapitada, y su cuerpo fue quemado.


Pizza Madame de Brinvilliers

La pizza de hoy es de sabor fuerte y salado, con su toque picante, pero tened cuidado, tampoco os paséis bebiendo agua porque os puede doler la barriga.

La base de la pizza la untamos con una fina capa de mostaza "a la antigua", de esta que es en granos, no salsa. No le ponemos tomate. Luego echamos trozos gordos de queso fresco de untar (Philadelphia o similar) que haría las delicias de los paladares franceses de la época de Brinvilliers.

Como véis, esta se trata de una pizza bastante experimental: del mismo modo que la marquesa experimentaba con sus venenos, nosotros lo hacemos con nuestras pizzas en la cocina. Pero la prueba ya está hecha y el resultado es satisfactorio.

Seguro que alguno de los enfermos que recibían las atenciones de Marie de Brinvilliers notó un sabor extraño y fuerte en sus alimentos. Pero, ¿por qué iba a hacerle un feo a aquella amable mujer? Nosotros también vamos a darle un toque fuerte, además del de la mostaza, a nuestra pizza, añadiéndole guindilla.

Finalmente, lo cubrimos todo con mozzarella, muy útil si pretendemos disimular cualquier veneno que hayamos echado.

En la foto, la pizza antes de echarle la mozzarella y meterla al horno.

Ingredientes:
-Mostaza "a la antigua"
-Queso fresco de untar
-Guindilla
-Mozzarella

¡Buen provecho!

1 comentario:

  1. Lo de las pizzas temáticas es absolutamente genial. Ya solo falta un link a un documental o peli temática y tengo la noche completa :D

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